Usamos PLA. Y si no te suena, te contamos por qué importa.

Nuestro material principal es el ácido poliláctico (PLA), un bioplástico que viene de fuentes naturales renovables como el maíz o la caña de azúcar.

Es biodegradable y compostable, lo que significa que puede descomponerse de forma natural bajo ciertas condiciones, evitando que se acumule más plástico que no se va nunca.

¿Resumiendo? Es una alternativa mucho más responsable que los plásticos tradicionales derivados del petróleo.

Y no solo eso:

todo lo que fabricamos, lo hacemos con energía solar.

Gracias a placas fotovoltaicas, reducimos nuestra huella y evitamos emisiones innecesarias.

Porque si vamos a crear luz, que sea sin apagar el planeta.